viernes, 26 de noviembre de 2010

LA LLUVIA

Por Oscar David Díaz (DAVIOLICA)
oscardaviddz@gmail.com



La lluvia envuelve como un manto a Medellín y le da un color especial. Es como un gris sombrío cercano a la muerte, inerte como el del asfalto de la calle.

Por la Avenida Oriental los autos bajan su velocidad, y la gente se agrupa en pequeños corrillos para poderse escampar. Se forman pequeños e inmensos charcos y de pronto el cielo está a nuestros pies.

Me doy cuenta que la suela de mis zapatos está ahuecada el agua entra como visitante no deseado y humedece mis dedos desnudos.

Se agrupa más gente a mí alrededor y empieza a molestarme el silencio que hay entre esos desconocidos. Tarareo levemente una canción pero es vaga mi concentración y pronto pierdo el ritmo de lo que intentaba seguir con un pequeño movimiento de cabeza.

El tiempo está mojado y sus ropas húmedas lo hacen correr más lento. 

A mis ojos se los comen miles de gotas que miro sin ver mientras nada pasa por mi cabeza en espera de que pare de llover.

¿Y si de pronto mi verdadero amor se paró justo a mi lado buscando un refugio para no mojarse?, ¿o si acaso esa chica que paso corriendo muy rápido la calle era la mujer que estaba destinado a amar por el resto de mis días, desde el amanecer hasta el anochecer?

Creo que nunca lo sabré, pues estaba tan concentrado haciendo nada en espera de que pare de llover.

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